Avilés
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Está situada exactamente sobre una loma en el caserío de Campo la Vega. Fue sede parroquial hasta que hacia 1970 se construyó la actual iglesia parroquial en el barrio de Cancienes. Es un templo de posible origen pre-romanico (s. VIII-X), reedificado a comienzos del s. XIII y en el s. XVII, y con algunas reformas en la 2ª mitad del s. XIX. La fábrica actual data básicamente de la restauración del s. XVII. El único resto anterior a dicha reedificación es la portada románica del s. XIII. Por otro lado, a la restauración del s. XIX son atribuibles la espadaña y la reforma de las cubiertas y del porche. La planta consta de una nave de 5 tramos, un presbiterio, dos capillas laterales (situadas una a cada lado del presbiterio y dedicada la de la derecha a Ntra. Señora del Carmen, y la de la izquierda a Ntra. Señora del Rosario), un ábside de planta cuadrada, dos sacristías (una a cada lado del ábside), y un porche en los lados sur y oeste.

La Iglesia[]

Vista Lateral de la Iglesia

Vista Lateral de la Iglesia

La nave, las capillas laterales y el ábside están cubiertos por bóvedas de crucería (algunas de cuyas enjutas están decoradas con ángeles esculpidos), y el presbiterio, por una bóveda vaída. En el exterior destaca la elegante espadaña, con forma de templete clásico, en cuyo frontón se lee la siguiente inscripción REEDIFICÓSE / AÑO DE 1864, la cual nos proporciona la fecha exacta de la reedificación del s. XIX. Esta iglesia cuenta con dos portadas, que comunican la nave con el porche: la portada románica de arco de medio punto (s. XIII), en el lado sur, y otra portada adintelada (del s. XVII), con una pila de agua bendita abierta en el muro junta a ella, en el lado oeste. El porche está sostenido en el lado sur por 5 soportes de hierro que semejan columnillas corintias y que debieron ser colocados en el s. XIX. En el interior de este templo pueden destacarse las portadas adinteladas de acceso a las sacristías, decoradas con orejas barrocas. Por otro lado, hay que mencionar los 5 retablos existentes, de los que tres son de época barroca (salvados de la quema en la Guerra Civil de 1936 y bien conservados), mientras que los otros dos son de factura moderna.

Los retablos[]

Retablo Mayor

Retablo Mayor

Pila Bautismal

Pila Bautismal

Inscripción Latina

Inscripción Latina en la Iglesia

El retablo mayor, situado en el ábside, está hecho de madera de nogal pero se apoya sobre una base de piedra. Según Germán Ramallo Asensio, data probablemente del período 1725-50 y es de estilo barroco tardío con influencias churriguerescas manifestadas en la recargada ornamentación de roleos, motivos vegetales, racimos de uvas, mascarones y rostros de ángeles, pequeños edificios y castilletes, volutas, medallones, etc. que cubren prácticamente todos sus elementos estructurales. En la zona inferior, flanqueado por dos pequeñas columnillas salomónicas, se halla el sagrario, cuya pequeña puerta está decorada por la talla del Cordero Pascual y la Cruz Patriarcal, y por varias bolas. Sobre el sagrario se alza un templete que alberga un Cristo crucificado moderno, detrás del cual hay un arco conopial tallado en la madera. El templete, con complejas tallas caladas de gran calidad, está sostenido por cuatro columnas, siendo las dos frontales de tipo salomónico.


En la parte superior del templete hay una excelente talla, que, según Ramallo Asensio, representa a la Virgen entregando el escapulario a los santos carmelitas. A ambos lados de esta talla hay esculturas con imágenes de santos que según el mismo Ramallo, datan una del s. XVI (posiblemente la de la derecha, que procedería de un retablo anterior), y la otra del s. XVIII. Todo el conjunto del templete se halla flanqueado por un par de columnas a cada lado (una salomónica con base cilíndrica, y otra abalaustrada). Estas columnas ostienen un amplio frontón curvo, quebrado en varios puntos y rematado por una talla que representa una gran antorcha o flamero sobre un rostro alegórico. El retablo está pintado en color dorado salvo las tallas del templete central, que están policromadas.

Los otros dos retablos barrocos están situados respectivamente en cada una de las dos capillas laterales al presbiterio. Son algo anteriores al retablo mayor, datando ambos de la 2ª mitad del s. XVII, y su decoración es menos recargada, destacando únicamente unos rostros soplantes que parecen ser alegorías de los vientos basadas en temas mitológicos clásicos. Los dos retablos laterales tienen una estructura muy semejante: sobre el sagrario se levanta una hornacina grande, y sobre ésta, otra más pequeña (denominada ático) y rematada por un frontón curvo partido. En ambos retablos todas las imágenes colocadas en las hornacinas son modernas, a excepción de la Virgen del Carmen colocada en el ático del retablo lateral derecho (dedicado precisamente a esta advocación), que parece datar de fines del s. XVII. Los dos retablos están pintados, asimismo, de color dorado; sólo las imágenes de las hornacinas están policromadas.

Por otro lado, los dos retablos restantes se sitúan en las paredes laterales del tercer tramo de la nave; imitan el estilo barroco del s. XVII y su interés es escaso.

Finalmente, cabe señalar que en esta iglesia se conservaban un doselete y un cáliz de plata procedentes de los monasterios mercedarios que hubo en Raíces (Castrillón) y Sabugo (Avilés), y que fueron robados, al parecer, durante la Guerra Civil de 1936.

Portada Sur de la Iglesia de Santa María de Cancienes[]

Iglesia de Santa María de Cancienes

Iglesia de Santa María de Cancienes

Es una sencilla portada de arco de medio punto, con una arquivolta protegida por un guardapolvo. arrancando ambos elementos de dos impostas apoyadas cada una sobre un capitel liso; cada imposta está tallada en el mismo sillar que su capitel correspodiente. Finalmente, cada capitel se apoya en una pilastra compuesta por varios sillares. El conjunto carece de adornos escultóricos, pero el quardapolvo ofrece restos de pigmento azul. Esta portada es claramente de estilo románico, pudiendo fecharse en torno al s. XIII, si bien hay que señalar que las dovelas de la arquivolta y los sillares de las pilastras han sido retallados posteriormente, y supone un notable contraste con el estilo en que se halla construido el resto de la iglesia (básicamente del s. XVII), en la que predominan los vanos adintelados. Sobre el emplazamiento primitivo de la portada hemos de indicar que es muy posible que las reedificaciones posteriores de la iglesia hayan respetado su lugar original, sin que haya sufrido ningún traslado. Así, en el interior, la portada aparece situada entre dos de las pilastras que sostienen los arcos fajones del 2º tramo de la nave de la iglesia, pero se halla demasiado arrimada a una de estas pilastras y muy separada, en cambio, de la otra; si la portada hubiera sido cambiada de lugar lo más lógico estéticamente es que se hubiera colocado en el medio exacto entre ambas pilastras. El interés de esta portada radica sobre todo en una inscripción en latín grabada en la imposta derecha (cuyas dimensiones son 70 cm. de largo, 9,5 de alto y 57 de grosor); su comienzo se halla totalmente deteriorado y borrado (parte de la imposta está cubierta por un postizo de cemento), y sus rasgos caligráficos corresponden a la denominada escritura uncial. Ya a finales del s. XVIII, el párroco de Cancienes, Juan Antonio Muniz Lorenzana, en su trabajo sobre Corvera enviado al Diccionario Geográfico e Histórico de Asturias de Francisco Martínez Marina, habla de esta inscripción al decir que en la portada de la iglesia de Cancienes "se halla un trozo de inscripción imperfecta y mutilada, sin principio ni fin, y sólo se puede leer en ella la palabra GELOIRA".

El fragmento conservado de la inscripción es, en realidad, algo más amplio, y podría leerse como VIT FMA Dl GELOIRA, si bien hemos de tener en cuenta que la primera letra se halla bastante borrada. Su interpretación es, en cambio, bastante problemática. Joaquín Manzanares Rodriguez-Mir y Francisco Diego Santos la descifran como "(Obi)it f(a)m(ul)a D(e)i Geloira", lo cual se traduciría por "Murió la sierva de Dios Geloira", mientras que César Garcia de Castro Valdés la interpreta como "(Requi)evit f(a)m(ul)a D(e)i Geloira", traduciéndose en este caso por "Descanse la sierva de Dios Geloira". Todos estos autores suponen que esta dicha inscripción, fechable a finales del s. XII o incluso a comienzos del s. XIII, perteneció antiguamente al epitafio de una tumba (de la difunta Geloira) y que posteriormente fue reaprovechada para construir la portada. Por otro lado, nosotros consideramos que la pieza que contiene la imposta derecha (en la cual se halla la inscripción) y su respectivo capitel, no se presenta como un elemento arquitectónico discordante con el resto de la portada, pues aparece perfectamente integrada en su conjunto, siendo prácticamente idéntica en material, dimensiones y talla, a la pieza que contiene la imposta izquierda (en la que no sabemos si hubo a su vez algún fragmento más de inscripción actualmente borrado) y su capitel correspondiente. Asimismo, no dejaria de ser chocante que, para construir una parte del templo tan importante como es la portada, se recogieran restos de un cementerio por otro lado prácticamente contemporáneo a la propia portada. Creemos también que quizá sea muy aventurado suponer que la primera palabra de la inscripción sea obiit o requievit, cuando de ella se conservan sólo las tres letras finales (vit) que únicamente indican que se trata de un verbo en tiempo pretérito perfecto, con lo cual la inscripción no tendría necesariamente que pertenecer a una sepultura. Por todo ello, nos parece más probable que la primera palabra sea un verbo del tipo restituit, restauravit o reedificavit, pudiéndose traducir la inscripción como "Lo reedificó / reconstruyó la sierva de Dios Geloira". Se trataría entonces de una inscripción conmemorativa referida a una reedificación de la iglesia de Cancienes promovida por una tal Geloira (versión arcaica del antropónimo femenino Elvira) y que habría tenido lugar hacia comienzos del s. XIII. De esta reedificación, el único resto que se conservaría sería la portada que acabamos de estudiar. En cuanto a la tal Geloira, es de suponer que era descendiente de alguna familia noble de infanzones o caballeros de la zona de Cancienes, sin que podamos precisar más, ya que es un antropónimo femenino muy corriente en Asturias durante la Edad Media.

Bibliografía[]

  • Historia de Corvera, Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Corvera (1996, González Calle, J.A.
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